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México-Centroamérica-Colombia: Ahora o nunca.

Creo que no hay mejor momento para hablar de integración regional como hoy, en el marco de la conferencia regional de seguridad en la que se han reunido altos funcionarios de Centroamérica, México, Colombia, Estados Unidos y República Dominicana así como observadores de la Unión Europea para discutir sobre el futuro de las estrategias de seguridad en la región, la forma en que se financiarán dichas estrategias y los modelos de integración que permitan combatir la inseguridad que hoy en día se vive en el istmo.

Aunque esta conferencia por sí misma no logre resolver mucho, sí es un importante paso que debió haberse tomado hace ya varios años para aunar esfuerzos en la lucha contra la creciente violencia que azota a las comunidades centroamericanas. No hace mucho pensaba alarmado que un país como Guatemala, o cualquiera de América Central, es tan vulnerable ante el crimen organizado, el narcotráfico o la ineficacia de las instituciones de seguridad y justicia que nos coloca al borde mismo de la anarquía, hoy ya se escucha que ciertas regiones en Guatemala, Honduras o El Salvador son casi “tierra sin ley”, donde las armas y el miedo son las que dominan a la población. Estados pequeños, sin presupuesto, con funcionarios corruptos y población civil desinteresada o temerosa son la receta perfecta para llevar al país ante una espiral de violencia incontenible, pero si a eso se le suma el querer LUCHAR SOLO la batalla estaría ya perdida. Es imposible hablar de seguridad en Costa Rica, Panamá o El Salvador sin tener una visión macro de los hechos y reconocer que en menor o mayor grado lo que ocurra en Honduras repercutirá en Belice y lo que ocurra en Colombia repercutirá en Nicaragua. Así, la unificación de esfuerzos en un contexto transparente y con reglas claras es urgente e indispensable para que las estrategias de cada país tengan un impacto real en el día a día de los ciudadanos. Ciudadanos que se esfuerzan para llevar una vida tranquila y trabajar honradamente, pero que los asaltos, amenazas y asesinatos han hecho que vivan en temor y zozobra.

Hoy es momento que México vea la importancia de la cooperación con Centroamérica, que los países centroamericanos reconozcan que por el tamaño y posición geográfica es necesario trabajar como un equipo y que se puede aprender de las historias de éxito en países vecinos. Es tiempo de dejar atrás prejuicios y que la rivalidad no pase de un partido de fútbol y que sepamos que si queremos un futuro sano y seguro para nuestros hijos y nietos, no será posible sin correr la carrera juntos como un solo equipo: desde México hasta Colombia y luego toda la región.

PAZ desde México hasta Colombia

Los ciudadanos de la región queremos paz.

Además es interesante repasar ya algunas de las declaraciones tomadas durante la conferencia, como las de Hillary Clinton o Karel de Gucht (comisario de comercio de la UE), en donde sugieren un control de impuestos más rígido. “Las clases acomodadas deben pagar su parte de los impuestos” dijo Clinton. También Trinidad Jiménez, ministra de Asuntos Exteriores y Cooperación de España instó a plantear “reformas fiscales y acciones contra la evasión”.

Concluyendo, será responsabilidad de los gobiernos tomar acciones concretas y saber administrar los recursos para combatir la delincuencia, los sectores empresariales deberán pagar los impuestos que les corresponden, los medios de comunicación monitorear constantemente el uso de los recursos (préstamos, donaciones, etc.) que se usarán para llevar a cabo este plan de seguridad y a la sociedad le tocará ser el constante auditor y exigir el cumplimiento de la ley y el respeto de los derechos que como ciudadanos todos tenemos.

Espero poco a poco, panameños, dominicanos, colombianos, guatemaltecos, mexicanos, salvadoreños, beliceños, hondureños, nicaragüenses y costarricenses (y demás americanos) entendamos que como mencioné antes, las rivalidades deben dejarse atrás y no pasar de un juego deportivo. Hoy en pleno siglo XXI, debemos buscar pensar en nuestro vecino país y no solo en el nuestro. Si no lo hacemos porque es lo correcto, al menos hacerlo por el futuro de los niños o de las personas que aún no han nacido y deberán vivir en un mundo inseguro y caótico o en uno que no es perfecto, pero que lucha por ser mejor.

Imagen: Mapa creado en Google Maps y editado en Picnik por Roberto Barrios.