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Ceguera Inducida

Te veo cada día en todas partes; durmiendo en nuestras calles, la mayoría de las veces mendigando unos pocos pesos, en otras ocasiones jugando con la precariedad que enfrentas cada día. ¿Cuántas veces andando por las calles te he visto tirado, cansado, hambriento bajo el sol, la lluvia o el frío? ¿Cuántas veces he pasado frente a ti sin siquiera notar tu presencia? que estás solo, quizás no tienes a donde ir, que comer o motivos por los cuales vivir…

Tus ojos reflejan el dolor de la difícil vida que llevas; tu rostro expresa la esperanza perdida, el olvido, la soledad. No importa a donde vayas, parece que la negatividad te persigue, no importa si lloras, si estas hambriento, si tienes frío….. al parecer nadie se inmuta; si gritas o callas no importa, no hay oídos para escucharte, no hay brazos para  abrazarte ni labios para susurrarte que todo estará bien. No conoces corazón puro, porque te rodea la desconfianza; el medio en donde vives te enseñó a no querer, a no creer, a no esperar nada ni de ti ni de nadie.

Quizás no te conozco, quizás no quiero conocerte, ¡Cuanto daño te he causado! Solo te juzgo, me molesto cuando pides dinero, cuando ensucias el cristal del automóvil que conduzco, cuando me clavas esa mirada desafiante. No me he detenido un solo instante para comprenderte, para saber que piensas, ¿Por qué lloras? ¿Qué haces aquí? 

Te veo a diario y no me molesto en conocerte, ni siquiera trato de hablarte, pero sigues ahí, esperando que mi consciencia dormida algún día despierte.

Esperando en silencio que algún día se acabe la indiferencia…..